“La deconstrucción, más que del alimento es un proceso de la persona misma”.
SATURNO DEVORANDO A SU HIJO
Obra original
Conceptos propios:
Alimento: transformación (Mientras esté en manos del individuo transformarlo). El alimento por sí mismo no se transforma, se degrada.
Deconstrucción: acto de transformación. Volver a lo más elemental, lo simple, lo más esencial.
Degradación: proceso de muerte. Lleva a lo inerte.
Hastío: es algo que se crea en el interior del individuo que produce tedio hacia el alimento y que persiste hasta que éste es expulsado o abandonado.
La deconstrucción, más que del alimento es un proceso de la persona misma. El hastío es algo que se crea en el interior del individuo, no en el objeto sobre el que recae, en este sentido, la comida. Ésta sigue siendo la misma, teniendo las mismas características, la transformación la rige la persona que la ingiere. Y de ella misma debe formularse el cambio, el uso o desuso que se le dé, que la lleva a que sea comestible o no por mucho más tiempo.
“Si dejé de comer carne, arroz con huevo o papas de paquete, fue precisamente porque no accioné hacia un cambio, decidí seguir con el hábito que me llevó a ese proceso de hastío y luego huí del alimento, lo abandoné y dejé de consumirlo, lo degradé. Yo pude haber creado la transformación positiva que me llevara a comerlos por siempre, sin un mal de por medio, pero precisamente fue mi cambio interior, mi degradación tanto mental como física frente a ese alimento y no mi accionar frente a su presentación y preparación lo que produjo que ese hastío se presentara en mí como individuo y que se encaminara a una muerte de ese alimento en mi vida.”
En la obra de Francisco de Goya “Saturno devorando a su hijo”, Saturno representa todo ese dolor, miedo y resignación del camino a la muerte. El personaje está en un proceso de degradación que se refleja en su expresión corporal, en la paleta cromática de la obra, su iluminación. El cuerpo inerte que devora no es más que una vana ilusión de poder que como toda ilusión desaparece con rapidez para dar lugar a lo que más nos llama la atención de la obra, que es el rostro de Saturno. Un rostro que refleja terror. Hay una descomposición marcada de la persona a partir de la que se decidió reinterpretar la obra.
Desde nuestra postura se habla de un miedo a la transformación, a ese seguir con evolución a algo. Cuando el proceso no se da, cuando no se transforma el alimento, comienza a formarse en el individuo ese hastío, degradando no sólo al alimento, sino degradándose por igual la persona. Es un proceso mutuo que lleva a una dicotomía. El alimento debe ser transformación, crecimiento, pero en este caso se convierte en tedio por pasividad del individuo. Y cuando no se produce un cambio, sólo puede haber lugar para una expulsión. La persona huye del alimento, lo abandona y le da muerte debido a su no actuar. Sin embargo, aquí el proceso cambia. La degradación de la persona se convierte en una deconstrucción. Y al estar alejándose de lo que le hastía, la persona se transforma y logra llegar a ese estado de tranquilidad y plenitud, a lo elemental por un periodo de tiempo.
Se habla entonces de un proceso de facilismo del individuo. Que aunque se libera, está restándole a su vida, ya que cada vez aleja más alimentos de su dieta al preferir abandonarlos a resignificarlos y darles esa transformación.
Hastío, más que una reinterpretación del miedo a la muerte se convierte en una continuación de la obra, en cuanto a lo que sucede con Saturno, pero en relación a la comida. Se vuelve una catarsis del dolor, de ese engullir alimentos que ya producen cansancio, que más que nutrir degradan el cuerpo por un hecho mental de no quererlos más en él. Y se convierte en la limpieza del individuo; limpieza que aunque libera a la persona, connota la muerte de esa comida en su vida.
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